domingo, 11 de enero de 2009

Escondiendome para no pagar el arriendo

La vida de universitario no es cosa sencilla , entre parciales , fotocopias y maestros , pero la cosa se pone peor si uno es de otra ciudad , si cada mes debes pagar una pensión o un cuarto, si debes afrontar la soledad de estar solo en una ciudad extraña, teniendo como única familia a tus amigos .

Para muchos seria excelente estar solos en una ciudad, ese es el sueño de muchos jóvenes, pero como todas las historias, esta de vivir solo no es como la pintan, hace algún tiempo me pasó una de las historias más locas que he vivido. Trabajaba medio tiempo para pagar una habitación y ayudar a mis padres, que mes a mes me enviaban dinero para todos mis gastos, me encontraba solo en Cartagena, había alquilado un cuarto, era una casa que tenia varios cuartos alquilados cerca a la universidad en la que estudiaba, podía irme caminando para la clases, eso me ayudaba a ahorrar, todo iba aparentemente muy bien en mi vida, pero como suele pasar, de repente, en un fin de mes todo cambió.

Había llegado el momento de pagar el arriendo, pero en el trabajo el pago se retardó, pasaban días y aun no me pagaban, el dueño del cuarto que tenia alquilado no me decía nada, pero se veía algo desesperado, hasta que un día no aguantó mas y comenzó a cobrar, ya llevaba semana y media de retrazo y en el trabajo no me daban esperanza de pago, así que salí ha hacer lo que hace todo estudiante sin plata, salir a prestar.

Salí del trabajo y me fui para el centro de la ciudad, iba a hablar con un amigo para ver si me adelantaba algo de unos pendones que íbamos a hacer, pero no, por ahí no salió la cosa, entonces me acordé de un amigo que había estado en una situación parecida y yo le preste la plata, se abría una esperanza, lo llamé y me dijo q me la tenia, pero para el sábado y apenas estábamos a martes, ¿y ahora q hago? , decidí no ir a clases, mejor me iba para donde vivía y me preparaba para pasar de incógnito esa noche en la casa sin que nadie se diera cuenta.

Llegue donde vivia, compre por ahí cerca dos cubetas y logré entrar sin que nadie me viera, ahí paso el primer milagro, yo vivía en un segundo piso, los dueños de la habitación vivían en el primer piso, fue un milagro que nadie se diera cuenta que yo había llegado , ahora tenia otro reto , la puerta principal de la casa en la que tenia rentado el cuarto abría bien , pero cerrarla desde adentro era un lío , yo nunca había podido cerrarla bien , pero ocurrió un segundo milagro , la puerta la pude cerrar perfectamente.

Me encerré en el cuarto, cuidándome de no hacer ruido, como a las dos horas de mi silencioso encierro, llego alguien, luego llego el dueño de la casa preguntando por mi a los demás inquilinos, nadie me había visto, menos mal; el agua helada de las cubetas me servia para refrescarme y estar tranquilo, pero por ahí a las ocho de la noche me agarran unas ganas de orinar, ¡oh no! , no podían salir aun, si salía en ese momento me descubrirían, así que me tocó orinar en una de las botellas de gaseosa no retornable, que descanso sentí al poder orinar, pero como el que es caballero repite me volví a llenar de agua y nuevamente a repetir la proeza, todo esto con las luces apagadas, para que nadie sospechara de mi presencia.

No dormí esa noche, algo me decía a las cuatro y media de la mañana que debía salir a bañarme, así que lo hice, fue un baño tranquilo, pero pendiente de cualquier movimiento, al salir del baño, escuché sonar una alarma, alguien se iba a levantar, menos mal ya yo me había bañado, en esa misión imposible recogí lo que necesitaría en es largo día, verdaderamente fue largo. Salí huyendo como a las cinco y media de la mañana, baje las escaleras con precaución, ya a esa hora los dueños de casa tenían la puerta abierta y las luces encendidas.

Vi el amanecer en la calle, recordé cuando lo veía frente al mar, en mi ciudad natal, esperé un rato más y me fui a trabajar, ese día me pagaron ¡gracias a Dios! , me fui para clases y llegué a la casa, como a las siete de la noche a pagar el arriendo, una verdadera y loca aventura, eso es lo que hace deliciosa la vida
Sombra de la Noche

3 comentarios:

Anonymous dijo...

hola!! la verdad no se quien scribiò esa historia tan alokda y sufrida.. muy bakna .. pero lo de orinar en una botella fue algo desesperado muy desesperado pero cuando toca toca.. bueno chau!!

Anonymous dijo...

Huyyyyyyyyy , menos mal tenia la botella , o sino la meada hubiera sido grande

Anonymous dijo...

Seguro y esta es solo una de las del reportorio...agradezcale al que permitio tener esa botella en los momentos fortuitos...jajaja