Había una chica nicaragüense
Que cabalgaba sonriendo sobre un jaguar.
Volvieron del paseo
La chica dentro
Y la sonrisa en el rostro del jaguar
Leer un libro sobre la
revolución sandinista en pleno 2013 en Colombia, meses después que Juan Manuel
Santos, presidente actual del país, anunciara la estrategia de expansión Nica
en el caribe, puede ser bastante complejo.
Ha pasado mucha agua debajo
del rio desde que Salman Rushdie visitó Nicaragua y escribió “La Sonrisa del
jaguar” la Latinoamérica de ese entonces no es la misma de ahora, creo que en
ese momento nadie se imaginaria que aparecería un personaje como Hugo Chávez,
que cambiaría para siempre la manera de hacer política en la región, y de paso
el actuar de muchos políticos.
Al leer este texto, me
encuentro con una mirada independiente, que no está metida en esa cruel
geopolítica latinoamericana que suele entender el mundo como blanco o negro, al
atravesar el texto me encuentro con muchos poetas nicaragüenses que se unieron
a una revolución, con lo bueno y lo malo de esta, con un ideal, un sueño que no
evaluaré acá si se cumplió o no, porque hoy voy es hablar de este libro que me
volví a encontrar.
Corre el año 1986 y
Nicaragua es el centro de la esperanza latinoamericana, es la nueva “Cuba” la
nueva base de la revolución en un continente que sueña con autonomía, una
guerrilla ha llegado al poder expulsando a un dictador o más bien ha acabado
con un legado dictatorial impuesto por la familia Somoza, son los tiempos de la
teología de la liberación, donde se sueña con una nueva ruptura en el mundo
católico, protagonizada por unos curas latinoamericanos que invitan a Dios a
convertirse a los pobres, a acompañarlos en sus luchas, ya no es el ser humano
el que es llamado a ser como Dios, sino que se invita a Dios a convertirse a
los hombres y mujeres que luchan por sobrevivir.
Todo esto pasa en medio de
una guerra, si bien es cierto la guerrilla Sandinista ganó el primer round,
pero ahora se enfrentan a los Contras, una especia de contra insurgencia
financiada por la CIA y apoyada abiertamente por el gobierno de Ronald Reaggan,
una vez más, tal como paso en Chile, las fuerzas norteamericanas amenazan una
revolución socialista que para muchos es la esperanza de América Latina. Ese
Nicaragua, visto en los ojos de Rushdie es un país de poetas, donde todo el
mundo escribe poesía, pero nadie tiene tiempo de escribir novelas, están en
plena revolución.
Leo este libro desde
Cartagena de Indias, la próxima ciudad “amenazada” por la amenaza expansionista
Nica, hace algún tiempo Colombia perdió en la Corte Internacional de Justicia
de la Haya parte de su “mar territorial” en un litigio con Nicaragua, me llama
profundamente la atención que en el año 1986, año que se escribe el libro,
Estados Unidos fuera llevado ante esta corte, por un caso contra Nicaragua,
esto fue el 27 de julio de 1986, El Tribunal de Justicia de la Haya dicta
sentencia contra los Estados Unidos, “la ayuda de EEUU a la Contra, el ejército
contra revolucionario que la CIA ha inventado, reclutado, organizado y armado,
es una violación del derecho internacional”, que mundo cíclico, y que sínicos
algunos colombianos – o más bien, algunos abogados Colombianos- que
desestimaban cualquier posibilidad en la demanda que Nicaragua realizo contra
Colombia ante La Haya, diciendo que este pequeño país no tenía ninguna
posibilidad “ante la larga tradición jurisprudencial Colombiana” y en la
defensa de su territorio, le ganaron al gigante del norte en 1986 y aca los
miraban como unos locos pidiendo mar.
No soy amante de las
revoluciones armadas, sin embargo al leer esta versión de una revolución armada
encuentro relatos de esperanza, de sueños, de cambios, un país que se
consideraba El Egipto faraónico, donde Somoza era el Faraon y el pueblo los
esclavos y que ahora se mira como la tierra prometida, desterraron al Faraon y
cambia toda la visión del país, de los sueños de los retos.
No conozco Nicaragua, el
libro me reta a conocerlo, y ver que quedo de eso que vio Rushdie, lo cierto es
que algo tuvo o tiene, no en vano Cortazar también apoyo este sueño.