sábado, 24 de mayo de 2014

Los Once, una invitación a leer nuestro país



Escribir una historia en la que se muestre lo que se piensa y hacen los personajes al mismo tiempo, es un verdadero reto; porque para los ojos del lector es casi imposible percibir las dos cosas al mismo tiempo, sin embargo hay historias que nos permiten ver, oír, oler y sentir con los personajes cuando leemos.

Eso me pasó en estos días con “Los Once”, novela gráfica escrita y dibujada por Miguel Jiménez, José Luis Jiménez y Andrés Cruz. Obra que nos acerca a una de las historias más crudas de nuestra realidad, la toma y retoma del palacio de justicia en noviembre de 1985. Acercarse a esta historia sin tener tintes políticos no es fácil, más por los niveles de polarización que vivimos en Colombia –sobre todo en estos días de elecciones presidenciales y procesos de paz-;  por lo que la obra de estos jóvenes tiene un toque especial, ese de atreverse a escribir y dibujar sin polarizar mientras nos invita a recordar, pensar y actuar.

La primera vez que escuche de “Los Once” fue el 2 de mayo del 2013, en Radionica, y luego supe más de esta por la página de  la emisora. Haciéndome una idea de cómo era, me la imaginaba como la versión colombiana de Maus -Maus: A Survivor's Tale, consideraba la primera novela gráfica de todos los tiempos dibujada por  Spiegelman y su mujer Francoise Mouly- y comencé a buscarla en librerías de diferentes ciudades de Colombia, sin encontrarla, hasta que al principio de este año, por redes virtuales me enteré que ya se estaba distribuyendo en librerías, así que reinicié mi búsqueda que terminó el pasado 20 de mayo, cuando al fin pude comprarla y leerla en cuestión de días.

Para mi alegría “Los Once” no es “Maus”, los once son nuestra historia, nuestra fuerte historia llena de sonidos, de crisis al leer, de familias separadas, destrozadas; y de imágenes que a veces no logramos definir pero sabemos que existen, que están ahí, aunque no podamos precisar qué son, pero nuestros sentidos cargados de recuerdos, historias y sonidos si lo hacen, y de una manera nítida sin caer en la trivialidad de siempre, en ese devenir de quien tuvo la culpa.

“Los Once” no cae en eso, sino que pone en el centro de la historia a una familia de ratones en medio de los humanos; me parece que hay una intencionalidad de pensar en los que nadie pensó, mientras el país debatía buscando culpables. Una abuela y su nieta – ratona – solo esperaban una noticia, un milagro; y era que su familiar llegara,  esa imagen es tan nuestra, tan colombiana.

Como novela gráfica, “Los Once” me deja gratamente sorprendido, y sus dibujantes, –que espero conocer en algún momento– me transmiten muchos sentimientos en medio de las imágenes. Para mí, los textos y dibujos no se quedan solo ahí, es como si al verlos y leerlos sintiera la angustia, los sonidos del momento, el vaivén de los recuerdos y de los hechos que acompañan simultáneamente a los personajes, este trabajo me deja profundamente emocionado y no es para menos, me esperaba una copia más de Maus y encontré una verdadera sorpresa, una historia muy nuestra, con nuestras lágrimas, dolores e intentos de reconciliación con el pasado que continua tan presente.

¿Alguna recomendación? Solo una, lean la historia porque no pienso contar spoilers, ¿recomendación para los dibujantes? Solo que continúen realizando obras como estas, al principio la historia me pareció corta o incompleta, pero al volver a leerla encontré nuevos detalles que me permiten ver el por qué llega hasta ahí, muchachos la del final es una muy buena imagen, ustedes supieron no poner una palabra y eso lo dice todo.

Para Laguna Libros, sigan apostándole a estos proyectos, son excelentes.

Muchachos, no se ganaron la convocatoria, en cambio nos regalaron una nueva visión de nuestra trágica historia, gracias.